La crónica: la importancia del primer partido

    1 - 2   

Nuestro goleador: Hugo

Árbitro: Pedro González Brañanova -> No influyó en el resultado final, que es lo mejor que se puede decir de un colegiado. Sin embargo, fue demasiado permisivo en las pérdidas de tiempo, descontando al final sólo 1 minuto adicional...

Siempre se ha dicho que es muy importante ganar el primer partido. Y quizás por eso es el más difícil. Pero no hay nada mejor que empezar un campeonato ganando, cogiendo confianza y sumando puntos desde el principio.

Pues bien, éste no fue el caso...

Quizás nos traicionaron los nervios en momentos puntuales y las ganas de hacerlo bien desde el principio. O quizás se debiera a que en ningún momento conseguimos adaptarnos a las condiciones de juego (tanto a las meteorológicas como a las planteadas por el rival). Se podrían dar bastantes razones, y el análisis "futbolístico" lo podrán hacer otros mejor que yo; pero al final queda la derrota, que es lo que más duele.

Y eso que el partido no empezó mal, con los lógicos y casi protocolarios minutos de tanteo entre dos equipos que no se conocen y debutan en una competición nueva. Fue ése quizás nuestro mejor momento, donde mantuvimos nuestra identidad. Y cuando, eventualmente, llegó nuestro gol: un disparo lejano de Hugo que, desviado por alguna pierna perdida, acabó colándose en la meta rival. 1-0, y sin problemas.

A raíz de este tanto el partido comenzó poco a poco a igualarse, y es cerca del descanso cuando el aquí firmante (Álvaro F.) comete un error garrafal al perder un balón en defensa tras no saber despejar con rapidez. Contragolpe y gol. Empate con el que las dudas llegan al Tragamón.

Dudas que se materializaron nada más comenzar la segunda parte, con un temprano gol tras saque de esquina. Y seamos realistas, era algo que tenía que acabar pasando. No somos un equipo que vaya bien por alto; ni por altura ni por determinación a la hora de defender. Y en este caso nos costó un gol...

De todas formas nuestro problema en esta primera jornada no fue el balón parado. Ni la falta de puntería o los errores en el pase. Personalmente creo que fuimos débiles mentalmente. No supimos administrar la ventaja inicial, ni parar y pensar que quedaba toda una segunda parte por delante, tiempo de sobra para remontar. En vez de relajarnos aparecieron los fantasmas del pasado, y con ellos las prisas y las broncas. Fue ahí donde perdimos el partido.

Es más, podemos incluso considerarnos afortunados, ya que nuestro derrumbamiento fue tan grande que al gol le siguieron unos cuantos contragolpes que hubiesen abultado la derrota de no haber sido por las acertadas intervenciones de Samu. Y sí, tuvimos ocasiones para haber empatado, por supuesto. Pero ellos supieron defender muy bien, y (tal y como apuntaba antes) nosotros ya habíamos perdido el partido un poco antes...

Y, ¿qué nos queda ahora? Personalmente olvidarme del partido que hice, ajustar cuentas conmigo mismo y esperar con muchas ganas el próximo. En lo colectivo, muy fácil: levantarnos, motivarnos y hacernos grandes.

No quiero tirar de tópicos, pero la Liga es larga, y no es más que el primer partido. De hecho, quedaremos a mitad de tabla dado que pocos perderán por la única diferencia de un gol. Esta derrota no significa nada, salvo el hecho de que necesitamos nuestra mejor versión para ser competitivos. Tenemos que ser humildes, reconocer nuestras carencias sin miedo (juego por alto, salida de balón,...) y afrontarlas como un equipo: partiéndonos los cuernos por el compañero y animándonos en todo momento. Tengamos claro que, si no es así, no iremos a ningún lado...

Aún creo en este equipo, y sé que el tiempo me dará la razón....

Próxima jornada: Grupo Abacor Principado - Café Gaudí (Viernes, 26 de Octubre a las 21:15 en el Campo A del Inmaculada).